lunes, 22 de agosto de 2011

Melodías de piano.

Todos tenemos un concepto de lo qué es nuestra vida. Algunos diran que la suya es un error desde el mismo momento en que nacieron. Otros, que la suya es un lecho de rosas. Algunos ni siquiera han querido estar aqui, y sin embargo estan. Pero en concreto, mi vida, la del creador de esta Noria, es una obra de piano.

¿Porque una obra de piano? Podía perfectamente haber sido otra cosa. Por ejemplo, una canción disco. O una balada tristisima. O , por concretar un poco mas, la sinfonía de los juguetes, de Leopold Mozart. Pero para mí, es una melodia de piano.
Os invito a que escucheis algunas piezas . Seguro que al instante  y con el entorno adecuado, podreis apreciar la fuerza de un piano, como el mismo instrumento que es capaz de transmitir una suavidad casi tangible es capaz también de transmitir una fuerza desgarradora. Y es precisamente ese contraste el que pone música a mi vida.


¿Porque he elegido este instrumento?  Porque , dependiendo de la fuerza y la presión que reciba las teclas de este instrumento, las respuesta que devuelva será adaptada a lo que haya recibido. Como las luces y los espejos. Dependiendo de la intensidad de la luz con la que la proyectes, recibiras esa misma intensidad hacia tí. Lo mismo ocurre con un piano. Si eres capaz de conectar tus sentidos con la partitura y transmitir la fuerza adecuada, podra surgir una melodía bellísima. Pero, si por el contrario aporreas las teclas sin ton ni son, sin pararte a pensar que nota y con que duración debería seguir a la anterior, no podrás conseguir nada salvo ruido y dos notas mal ligadas.


Como una melodía de piano, mi vida a veces me sorprende con muy gratos momentos, como aquellos que me ha brindado con mi querida familia o mis amigos. Pero también me ha arrollado implacablemente, sin importar las consecuencias o mis estados de ánimo, como la pérdida de mi querida abuela Soledad (que en paz descanse junto a sus hermanas y su marido) He tenido mis reveses y mis momentos de felicidad.
Mi familia me ha brindado muchisima felicidad, pero aunque menos, tambien me ha dado momentos en los que me he echado a llorar. 

Pero aún así, a pesar de esos reveses, sigo queriendo sumar mi piano a los distintos instrumentos de la gente. Sé que con algunos será tal la disonancia que crearé que será mejor que no vuelva a juntarme con ellos, y con otros crearé una armonía de la que resultará una melodía capaz de hacer que vuelva a estar con esa persona. 


"Aquel que tiene un porqué para vivir se puede enfrentar a todos los "cómos""
Friederich Nietzsche

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